ON ETS, HÉLÈNIA?

El nombre del blog era no me gusta Messi, un espacio de encuentro creado por el bueno de Agu para sus amigos, fueran o no madridistas. Cada mañana, entre las primeras rutinas, se colaba la visita a ese lugar, donde con frecuencia se hablaba de la actualidad del equipo blanco, casi siempre de fútbol español y en ocasiones de algún otro deporte. Agu nos daba una oferta que no podíamos rechazar: Puntualidad, brevedad, sensatez... 

De vez en cuando aparecía una comentarista que nos dejaba prendidos con su honestidad insoslayable: Catalana, de mediana edad, culé por ascendencia familiar y contraria al Guardiolismo, el Laportismo y el Nacionalismo, un espécimen cuasi único en la de por sí poca variada fauna barcelonista. Hablaba cuando no se le esperaba, si se le lanzaban tres preguntas sólo respondía a la primera, y nos desvelaba de primera mano intrincados juegos de sombra en el Oasis catalán, en el club que arrasaba entre público y crítica.
Cuando Agu dejó la actividad blogueril, me contenté pensando que los esporádicos comentarios que dejaba en mi blog reaparecerían antes o después. Pasó el verano, pasó el otoño, y siguió sin aparecer.

A veces me hago la ilusión de que podría resucitarla con sólo reescribir sus palabras, de que a ese boca a boca literario sucederá una profunda exhalación, señal inequívoca de su presencia, y esa y no otra es la razón de este blog. Y si por el camino las plumas amigas que espero que me acompañen en este viaje me entretienen de mi melancolía, bien estará.

¿Dónde estará Hélènia? ¿Qué estará haciendo? ¿Que opinará de los aquelarres nacionalistas en el campo de sus mayores? A veces me la imagino como la mujer de la foto, prisionera de un ropaje asfixiante que sólo conserva el lugar del escudo junto al corazón.

Hélènia, ¿te encontraré tal y como te conocí? ¿Volveré a leer tus palabras tan plenas de seny que tanto y tanto se echan de menos?
Sólo me queda esperar. 
Escribir y esperar.
Visca Espanya.
Viva Cataluña.